Los seres humanos somos por naturaleza vulnerables a nuestras emociones. Esto no supone algo negativo, sino más bien lo contrario, puesto que nos predispone a actuar frente a los constantes cambios de nuestro entorno. No obstante, una mala regulación de las emociones puede provocar desde conductas puntualmente inapropiadas, hasta trastornos de la personalidad.

¿Qué es la desregulación emocional y como afecta en los trastornos de personalidad?

Las emociones, el afecto, las motivaciones personales y las relaciones sociales determinan nuestra personalidad. Cuando existen alteraciones en una o más de estas dimensiones se pueden producir trastornos de personalidad. Estos trastornos surgen en la adolescencia y principio de la edad adulta. Así pues, la infancia juega un papel determinante en este tipo de trastornos.

A continuación, vamos a ver la relación entre los trastornos de personalidad y la desregulación emocional.

La desregulación emocional en los trastornos de personalidad: qué es y por qué se origina

Existe una amplia variedad de trastornos de la personalidad, pero una de las características más comunes entre todos ellos es la desregulación emocional.

La desregulación emocional consiste en una falta de control sobre la propia conducta caracterizada por una hiperreactividad emocional (experimentar emociones intensas que surgen con facilidad y no ser capaz de controlarse cuando surgen) y dificultad para regresar a un estado de calma. Esta desregulación surge a causa de una disposición biológica (aunque no necesariamente hereditaria), unido a factores ambientales durante la infancia y adolescencia (aprendizajes erróneos o desadaptativos que conllevan dificultades en la modulación de las emociones).

Características de la desregulación emocional

Las personas con desregulación emocional suelen presentar algunas de las siguientes características:

  • A menudo experimentan sentimientos de vacío existencial.
  • Les resulta difícil relacionarse con otras personas.
  • Discuten frecuentemente en casa, en el aula o en el trabajo.
  • Se enfadan o lloran con cierta facilidad.
  • Presentan conductas autolesivas o atracones.
  • Pueden abusar de medicamentos u otras sustancias como alcohol u opiáceos.

¿Qué podemos hacer?

La enseñanza de habilidades sociales es fundamental para este tipo de trastornos, trabajando conjuntamente la tolerancia a la angustia y la frustración, la aceptación de sí mismo y del contexto, y la conciencia plena.

Los tratamientos psicoterapéuticos que mayor efectividad han demostrado en este tipo de trastornos son los cognitivo-conductuales, como la Terapia Dialéctica Conductual (desarrollada por Marsha Linehan para el trastorno límite de la personalidad), o las terapias de tercera generación. en este enlace podrás obtener información acerca de cómo elegir adecuadamente un psicólogo.

Si quieres saber más acerca de este tema, o estás interesado en mis servicios de terapia psicológica, estaré encantado de contestarte.

Eduardo Bertomeu

Psicólogo

Algunas fuentes consultadas:

Vega, I. D. L., & Sánchez Quintero, S. (2013). Terapia dialéctico conductual para el trastorno de personalidad límite. Acción psicológica10(1), 45-56.